Guardiola está de moda. El Barça, y sus categorías inferiores, llevan jugando 20 años de la misma manera. Sin embargo, los éxitos que se han logrado desde que Guardiola es entrenador nunca se habían conseguido en la historia del fútbol. Guardiola es considerado un ejemplo. Incluso por aquellos que, durante su etapa de jugador, especularon con su condición sexual o su posible adicción a las drogas. Mientras, él pasaba un calvario en forma de lesión.
Guardiola es un líder y un ejemplo. Incluso para el New York Times. Para nosotros, fans de la Masia, también. Sin embargo, más allá del modelo, más allá del estilo ofensivo y preciosista, Guardiola es un ejemplo de liderazgo porque cree en un modelo y lo aplica hasta sus últimas consecuencias. Guardiola no cree en lo que hace o en lo que juega. Guardiola hace lo que cree, juega a lo que cree, a lo que siente. A menudo esto se confunde con la arrogancia, el no escuchar, el no estar dispuesto a aprender. Nada más lejos de la realidad. Guardiola es una esponja. Se ha recorrido el mundo para hablar y aprender de los más grandes del fútbol. El legado más grande que nos va a dejar este hombre no van a ser títulos o juego. Es mucho más valioso que cualquier aspecto deportivo. Hablamos de un legado social y, como todo lo importante en la vida, es muy fácil de sintetizar. Guardiola nos enseña que solo bajo el convencimiento que te da creer en algo se puede alcanzar la excelencia. Muchos destacan el trabajo y la pasión. Es cierto. Pero el germen, la fuerza, nace de la creencia y convencimiento. Es este convencimiento el que marca el liderazgo al grupo. Pondremos dos ejemplo de ello. Dos ejemplos que, increiblemente, no han sido destacados por la prensa especializada durante estos años.
Vamos con el primero. Para nosotros, Pep era un ejemplo desde que era jugador. Por ello, los autores de este blog, cuando Guardiola se retiró quedamos con la necesidad de saber más sobre él. Necesidad que quedó cubierta con la publicación de su libro La meva gent, el meu futbol (Mi gente, mi fútbol). Este libro es un recorrido por sus vivencias personales y profesionales desde que ingresa en las categorías inferiores del Barça hasta que abandona su disciplina. En este libro, de 2001, decribe directa e indirectamente, exactamente, como jugará el Barça que hoy vemos. Cuando Guardiola se hace cargo del primer equipo, en julio de 2008, no sabiamos si iría bien o mal. Solo sabíamos que iba a jugar de una determinada manera, y que, seguro, no iba a cambiar pasase lo que pasase.
El segundo ejemplo de la grandeza de un hombre que no traiciona sus ideales lo encontramos cuando empieza su primera temporada. En una plantilla con Touré Yayá, Guardiola apuesta por un absoluto desconocido Busquets como medio centro titular. Guardiola pierde el primer partido contra el Numancia. Segundo partido. Vuelve a poner a Busquets contra el Racing y vuelve "pinchar" a empatando en el Camp Nou. Las críticas empiezan a ser duras. Le acusan de inexperto. Le dicen que el Barça le viene grande. Tercer partido en forma de ultimatum en campo del Sporting de Gijón. Guardiola, vuelve a poner a Busquets. Puede parecer irrelevante. Pero en perspectiva, el hecho de apostar por un debutante en primera división, siendo también un entrenador debutante en la categoría, ejemplifica que significa apostar por lo que crees . Y no se equivocaba. La carrera del Barça de las 6 Copas y de un campeón del mundo se comenzaba a trazar.
Guardiola es un líder porque transmite y demuestra que actúa en relación a lo que siente y cree. Solo a partir de esa manera de hacer y actuar, una persona se puede convertir en un líder. Lamentablemente, la sociedad actual se mueve por otros valores. El Marketing todo lo diseña. Enseñamos a los niños a elegir en función de la rentabilidad. Les enseñamos a escoger sus estudios en función de las salidas laborales sin enseñarles a buscar en lo que creen, en su talento. Los políticos, en muchos casos, obvian sus ideas, para decidir a golpe de encuesta. Guardiola nos ha enseñado que si crees en algo, veáse caso Busquets, has de luchar y persistir. Y, es que, ya se dijo una vez...
"El mundo entero se aparta cuando ve pasar a un hombre que sabe hacia dónde va" (Antoine de Saint-Exupéry)
